LA CRUZ DE LOS CAÍDOS
Pasada la Guerra Civil, y al igual que en el resto de España, en piadosa memoria de los muertos, se alzó la Cruz por un acuerdo municipal, adosada a las murallas del Alcázar, cerca de la torre octogonal.
En un principio esta cruz era muy tosca, formada por dos troncos de árboles que con el tiempo, fueron acusando las deformaciones propias de toda madera en bruto expuesta a los rigores climatológicos, hasta llegar a presentar cierto peligro, determinándose erigir otra de mampostería en el mismo lugar.
Estaba por aquel entonces en Jerez un coronel de aviación, arquitecto, autor de algunos edificios militares y civiles de nuestra ciudad, quien de forma desinteresada se ofreció a ejecutar la obra de la Cruz de los Caídos, cuyos materiales costaron veinticinco mil pesetas.
El arzobispo de Sevilla, cardenal Bueno Monreal, compuso la inscripción que decía: "Señor, levanta a la gloria de la resurrección a los que cayeron por el honor de Dios y de España".
Estas cruces, SIN IDEOLOGÍAS DE PARTIDO NI BANDERÍAS RENCOROSAS, han sido respetadas en unos sitios, en otros suprimidas.
En julio de 1981 y por una disposición de la Alcaldía, se procedió al desmantelamiento de la Cruz de la Alameda Vieja, regalándose sus elementos a Falange Española, luego se trasladó dicha Cruz, donde se alzó en el patio del Regimiento de Artillería Antiaérea número 74, del Paseo de las Delicias ya desaparecido. En la actualidad, según varios indicios se encuentra en el Deposito de Sementales.
Pasada la Guerra Civil, y al igual que en el resto de España, en piadosa memoria de los muertos, se alzó la Cruz por un acuerdo municipal, adosada a las murallas del Alcázar, cerca de la torre octogonal.
En un principio esta cruz era muy tosca, formada por dos troncos de árboles que con el tiempo, fueron acusando las deformaciones propias de toda madera en bruto expuesta a los rigores climatológicos, hasta llegar a presentar cierto peligro, determinándose erigir otra de mampostería en el mismo lugar.
Estaba por aquel entonces en Jerez un coronel de aviación, arquitecto, autor de algunos edificios militares y civiles de nuestra ciudad, quien de forma desinteresada se ofreció a ejecutar la obra de la Cruz de los Caídos, cuyos materiales costaron veinticinco mil pesetas.
El arzobispo de Sevilla, cardenal Bueno Monreal, compuso la inscripción que decía: "Señor, levanta a la gloria de la resurrección a los que cayeron por el honor de Dios y de España".
Estas cruces, SIN IDEOLOGÍAS DE PARTIDO NI BANDERÍAS RENCOROSAS, han sido respetadas en unos sitios, en otros suprimidas.
En julio de 1981 y por una disposición de la Alcaldía, se procedió al desmantelamiento de la Cruz de la Alameda Vieja, regalándose sus elementos a Falange Española, luego se trasladó dicha Cruz, donde se alzó en el patio del Regimiento de Artillería Antiaérea número 74, del Paseo de las Delicias ya desaparecido. En la actualidad, según varios indicios se encuentra en el Deposito de Sementales.
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