EL AEROPUERTO, VIEJA ASPIRACIÓN DE JEREZ
Corría el año 1936, al comienzo de la guerra civil española, cuando en nuestra ciudad, con clara visión del futuro de la aviación comercial, inició la suscripción titulada "Pro-aviación".
Con sus ingresos se llevo a cabo la explanación de terrenos en La Parra. Contábamos ya con un campo de aterrizaje cuando surgió la guerra de liberación.
Razones de peso hicieron que el Ejercito del Aire, tomase el mando de dicho aeropuerto, con fines militares.
Instalaciones de la desaparecida "La Parra", foto de "elsitiodejactres.blog".
Siempre presente esta necesidad de contar con un aeropuerto civil en la provincia, surgió la conveniencia de su instalación, ofreciéndose Jerez, debido a que Cádiz no tenia terreno suficiente, por ser punta más avanzada en el Atlántico, para llevarlo a efecto. Desgraciadamente, entonces, no se tuvo suerte en las gestiones.
Antiguas instalaciones, foto de "amigosdelamili"
Ya en 1951, el aeródromo de La Parra, castrense casi desde sus comienzos, fue facilitando a varias empresas aéreas, como Aviaco y Cherifienne du Pont Aerien, para ciertos vuelos regulares, como el de Jerez-Sevilla, Jerez- Tánger, Jerez-Arbaua.
Plano del puente aéreo, Jerez-Tánger
Estos vuelos se fueron anulando dadas las insuficientes garantías de su pista de aterrizaje.
Jerez, firme en el empeño de contar con su aeropuerto civil, continua con sus aspiraciones. Don Tomás García Figueras, entonces Alcalde de la ciudad, realiza oportunas gestiones con ánimo decidido para la realización de dicho aeropuerto, alcanzando del Ministerio del Aire, un crédito de 4.250.000 pesetas para la ampliación de la pista ya existente, al objeto de dotarla de 1.800 metros, es decir, al mismo nivel de las primeras pistas de España.
Aeropuerto de Jerez, foto de aeropuerto.net
La primera fase de esta pista contaba con una longitud de 1.300 metros por 45 de anchura, pista afirmada se entiende, y la segunda fase, con 500 metros más de longitud, ampliación que inauguró el 7 de diciembre de 1960, el señor González Gallarda, bendiciendo la pista, el obispo vicario, don José María Cirarda Lachiondo.
RODRIGO DE MOLINA,
Diario de Cádiz, sábado 24 de febrero de 1968
La publicación solo incluye el plano.
Corría el año 1936, al comienzo de la guerra civil española, cuando en nuestra ciudad, con clara visión del futuro de la aviación comercial, inició la suscripción titulada "Pro-aviación".
Con sus ingresos se llevo a cabo la explanación de terrenos en La Parra. Contábamos ya con un campo de aterrizaje cuando surgió la guerra de liberación.
Razones de peso hicieron que el Ejercito del Aire, tomase el mando de dicho aeropuerto, con fines militares.
Siempre presente esta necesidad de contar con un aeropuerto civil en la provincia, surgió la conveniencia de su instalación, ofreciéndose Jerez, debido a que Cádiz no tenia terreno suficiente, por ser punta más avanzada en el Atlántico, para llevarlo a efecto. Desgraciadamente, entonces, no se tuvo suerte en las gestiones.
Ya en 1951, el aeródromo de La Parra, castrense casi desde sus comienzos, fue facilitando a varias empresas aéreas, como Aviaco y Cherifienne du Pont Aerien, para ciertos vuelos regulares, como el de Jerez-Sevilla, Jerez- Tánger, Jerez-Arbaua.
Estos vuelos se fueron anulando dadas las insuficientes garantías de su pista de aterrizaje.
Jerez, firme en el empeño de contar con su aeropuerto civil, continua con sus aspiraciones. Don Tomás García Figueras, entonces Alcalde de la ciudad, realiza oportunas gestiones con ánimo decidido para la realización de dicho aeropuerto, alcanzando del Ministerio del Aire, un crédito de 4.250.000 pesetas para la ampliación de la pista ya existente, al objeto de dotarla de 1.800 metros, es decir, al mismo nivel de las primeras pistas de España.
La primera fase de esta pista contaba con una longitud de 1.300 metros por 45 de anchura, pista afirmada se entiende, y la segunda fase, con 500 metros más de longitud, ampliación que inauguró el 7 de diciembre de 1960, el señor González Gallarda, bendiciendo la pista, el obispo vicario, don José María Cirarda Lachiondo.
RODRIGO DE MOLINA,
Diario de Cádiz, sábado 24 de febrero de 1968
La publicación solo incluye el plano.
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