EL MERCADO DE ABASTOS; "LA PLAZA".
Se inicia su construcción en 1873 y se inaugura oficialmente el 25 de abril de 1885, pero en servicio mucho antes, siendo entonces la población de poco más de 60.000 habitantes.
La edificación de nuestra Plaza de Abastos fue considerada como la mejor de España, superando, según algunos incluso a la de Barcelona, tan famosa de gran distinción y categoría.
Pero hagamos un poco de historia sobre los mercados que les precedieron.
Mercado en calle Doña Blanca. Foto de Antonio Palomo González, por gentileza de Francisco Lozano Romero
EL PRIMER MERCADO DESPUÉS DE LA RECONQUISTA Y OTROS
Tras la Reconquista, el primer mercado que tuvo Jerez se estableció en la collación de San Mateo, en la plaza que aún conserva este nombre, Plaza del Mercado.
Plaza del Mercado, San Mateo
En el s. XV, encontramos el mercado de abastos en la llamada plaza de "San Dionís de las berzeras", también conocida por plaza "de las tinajas del agua" y plaza "del Rollo", posteriormente llamada de Plateros, mercado que se suprimió en 1492, quitándose el macabro "Rollo" cuatro años después. En él se colgaban los restos de los ajusticiados durante varios días, donde las moscas iban a placer de éstos a las verduras y hortalizas.
Plaza Plateros, foto de Juan Ramirez
De allí pasó el Mercado a un solar a la Carpintería, lugar ocupado por el Convento e Iglesia del Carmen. Más tarde estuvo en el Mesón de la Ciudad o Matadero, en la Plaza del Arenal, sobre el que se edificó la Casa Sindical. Los puestos de carnes y pescados se instalaban en el Rastro.
El 27 de febrero de 1.800, se inauguró en la calle Pozuelo, el edificio de la Pescadería, sede de la Academia Jerezana de San Dionisio y anteriormente grupo escolar Menéndez y Pelayo.
Foto wikipedia
El resto del Mercado se había trasladado seis años antes a los llanos del Alcazar, a causa del incendio que destruyó totalmente el Mesón. Posteriormente al denominado "Compás de San Francisco", donde en diciembre de 1812 se inició la construcción de un Mercado sin grandes pretensiones, obras que se inauguraron en la festividad de San José en 1813 y cuyo coste ascendió a 367.431 reales.
Siendo alcalde un joven y entusiasta jerezano, doctor en medicina y cirugía, Francisco Revueltas y Montel, gran admirador del genial alcalde Rafael Rivero, impulsor de un nuevo Jerez, al que conoce ya anciano, quiere emularlo en grandes obras y proyectos, apuesta por la necesidad, dado el incremento que iba tomando la población por ampliar el Mercado Central de Abastos, para lo que la Corporación Municipal presidida por Revueltas y Montel, que contaba treinta y ocho años de edad, acordó el 14 de abril de 1873 un préstamo de varios millones de reales, no solo para el Mercado, sino para otras obras a realizar muy necesarias. En este año quedó inaugurada la Biblioteca Municipal.
Era entonces arquitecto municipal, Jose Esteve y López, valenciano de nacimiento, 9 de junio de 1828, con título de la Academia de San Fernando y cuya labor profesional desarrolló en nuestra ciudad en infinidad de obras y proyectos que llevan la impronta de su arte y estilo del más depurado gusto.
CONSTRUCCIÓN DEL NUEVO MERCADO
Aprobado el proyecto del señor Esteve, se procedió a llevar a cabo la construcción del nuevo Mercado sobre terrenos del anterior y el área de lo que fuera Convento de San Francisco, lo que daba una superficie total de 3.228 metros cuadrados, incluidos cinco solares que se enajenaron por un importe global de 56.289,80 pesetas, único desembolso que hubo de hacer el Ayuntamiento en cuanto al terreno.
Conformado pues un rectángulo de 80,30 metros de longitud por 40, 20 de latitud, se procedió a la colocación de la primera piedra con la mayor solemnidad el 29 de junio de 1873, encerrándose en un cofre monedas de uso corrientes y números de la prensa del día, "La Opinión", "El Porvenir", y "El Guadalete", cuya fecha de fundación es de 1852, catalogado entre los más antiguos de España.
Inmediatamente comenzaron las obras bajo la dirección de Esteve, prestando gran atención su hijo, Rafael Esteve Fernádez-Caballero.
La contratación de las obras se confió al constructor Manuel Solís Martínez y los materiales a emplear fueron piedra, ladrillo, e hierro que provenía de los talleres de Joseph París de Marchiennes,(Bélgica).
Varios años tardó la edificación del Mercado Central de Abastos, al que se dotó de un sótano de tres naves, ventilado e iluminado por trece rejillas para almacenado y conservación de alimentos.
El acceso al Mercado se hacía por seis puertas, tres daban a la fachada, una al callejón de San Francisco y las dos restantes a la calle Doña Blanca.
Por la primera de éstas, se hacía la descarga de carnes, frutas y hortalizas, por la otra, llamada del "piojillo", la entrada de pescados.
Entre los gastos que supuso la instalación de los puestos, los de carnes y verduras costaron 578.978,26 reales; los de pescadería, 101.147,94; los de recova, 87.818,47, y la instalación del alumbrado de gas, 6.064,84. Por cierto que sus candeleros que ostentaban el número del puesto, servían para colgar los pesos.
SOLEMNE INAUGURACIÓN DEL MERCADO
Su inauguración oficial fue el 25 de abril de 1885, siendo este día muy desapacible, que amaneció lloviendo a cántaros. La noche anterior se ofreció al vecindario la quema de castillos de fuegos artificiales en la plaza del Arenal, donde las bandas de música del Regimiento de la Reina y la del Hospicio ofrecieron conciertos populares.
El día señalado para la inauguración oficial, ambos Cabildos, el Colegial presidido por el Abad-Arcipreste y el Municipal, por entonces alcalde Rafael Romero Castañeda, aunque llovía y se guarecieron en San Francisco de la lluvia, pasaron al Mercado cercano para su bendición e inauguración, acto que ocupó poco tiempo. Bendecida las naves por el Abad, la banda del Regimiento de la Reina Interpretó la marcha Real y el alcalde dando un ¡Viva el Rey!, descubrió la lápida conmemorativa.
Al día siguiente, y en la nave de pescadería, se celebró un gran banquete, llamando poderosamente la atención el exorno de las mesas por la profusión de candelabros de plata allí colocadas, siendo toda la cubertería de idéntico metal al igual que el menú ofrecido.
Rafael Rivero, que como buen jerezano que se interesó por la marcha de aquella edificación para el bien del pueblo, no lo pudo ver terminado, ya que falleció en 1881, y su iniciador, doctor Revueltas y Montel, falleció poco después, el 26 de mayo de 1887 a los cuarenta y ocho años de edad.
Al mes siguiente, la Corporación Municipal dio su nombre a la Corredera.
Su biblioteca, de 2.000 volúmenes, fue adquirida por el municipio en 5.000 pesetas.
Fotos de J.A.L.R,; Manuel J. Garzón
REFORMAS DE LA PLAZA ESTEVE
En los años 40,s, se levantaron sus jardincillos y arrancaron sus palmeras, quedando al descubierto toda la fealdad de las espaldas de los edificios de Lancería y Corredera. Se daba como solución ocupar la plaza con la edificación de un bloque, surgiendo la polémica de nuevo, si bien nadie negaba que aquellas edificaciones traseras no eran dignas del lugar, oponiéndose La Junta de Bellas Artes y Urbanismo, existente a la sazón por Manuel Jesús de Domecq González, notable escultor.
Siendo alcalde accidental Guillermo de Medina, fue requerida dicha Junta a presentar un proyecto viable para su adecentamiento, confiando su estudio al arquitecto municipal Fernando de la Cuadra e Irizar, el cual presento para un croquis para la ordenación de la plaza Esteve, cuyas características eran que sin descomponer su simetría, podía adosársele una fachada de estilo, sirviéndose de base unos soportales que harían ganar a las fincas cinco metros más de fondo, donde en su centro iría una zona ajardinada.
Proyecto que nunca se llevó a cabo
Otros proyectos presentados
Se desconoce el por que no se realizó, y sí el polémico bloque, obra que terminó en 1951, en tiempos del alcalde Antonio Mateos Mancilla, donde los puestos de churros pasaron a la calle Doña Blanca, desapareciendo el urinario y el pozo de San Francisco, con su brocal de piedra y su arco de hierro, los cuales desaparecieron bajo la mole del edificio.
Mercado de Abastos en fase de demolición. Foto de "Diario de Jerez".
¿DONDE ESTARÁN EL BROCAL Y LA ARCADA?...TAPADOS DONDE?.
La manzana de la "Vega", "Los Madrileños", "Salón Jerez", estaba llamada a desaparecer por imperativos de nueva estructuración urbanística de la zona. La reforma fue emprendida siendo alcalde Álvaro Domecq y Díez. El Mercado Central de Abastos se acortó en muchos metros por su fachada, si bien al rehacerla se respetó su misma configuración.
Desapareció la nave de la recova y se le añadió al edificio una entreplanta. En el espacio que quedó libre, se alzó un nuevo edificio cuyos locales comerciales ocuparon en principio "La Vega", "Los Madrileños" y "Créditos Rucas", instalándose en las plantas superiores las oficinas de la Delegación del Instituto Nacional de Colonización, en cuya época desempeñaba la alcaldía Tomás García Figueras, concertado con Colonización un inquilino de 240.000 pesetas anuales.
Se inicia su construcción en 1873 y se inaugura oficialmente el 25 de abril de 1885, pero en servicio mucho antes, siendo entonces la población de poco más de 60.000 habitantes.
La edificación de nuestra Plaza de Abastos fue considerada como la mejor de España, superando, según algunos incluso a la de Barcelona, tan famosa de gran distinción y categoría.
Pero hagamos un poco de historia sobre los mercados que les precedieron.
Mercado en calle Doña Blanca. Foto de Antonio Palomo González, por gentileza de Francisco Lozano Romero
EL PRIMER MERCADO DESPUÉS DE LA RECONQUISTA Y OTROS
Tras la Reconquista, el primer mercado que tuvo Jerez se estableció en la collación de San Mateo, en la plaza que aún conserva este nombre, Plaza del Mercado.
Plaza del Mercado, San Mateo
En el s. XV, encontramos el mercado de abastos en la llamada plaza de "San Dionís de las berzeras", también conocida por plaza "de las tinajas del agua" y plaza "del Rollo", posteriormente llamada de Plateros, mercado que se suprimió en 1492, quitándose el macabro "Rollo" cuatro años después. En él se colgaban los restos de los ajusticiados durante varios días, donde las moscas iban a placer de éstos a las verduras y hortalizas.
Plaza Plateros, foto de Juan Ramirez
De allí pasó el Mercado a un solar a la Carpintería, lugar ocupado por el Convento e Iglesia del Carmen. Más tarde estuvo en el Mesón de la Ciudad o Matadero, en la Plaza del Arenal, sobre el que se edificó la Casa Sindical. Los puestos de carnes y pescados se instalaban en el Rastro.
El 27 de febrero de 1.800, se inauguró en la calle Pozuelo, el edificio de la Pescadería, sede de la Academia Jerezana de San Dionisio y anteriormente grupo escolar Menéndez y Pelayo.
Foto wikipedia
El resto del Mercado se había trasladado seis años antes a los llanos del Alcazar, a causa del incendio que destruyó totalmente el Mesón. Posteriormente al denominado "Compás de San Francisco", donde en diciembre de 1812 se inició la construcción de un Mercado sin grandes pretensiones, obras que se inauguraron en la festividad de San José en 1813 y cuyo coste ascendió a 367.431 reales.
Siendo alcalde un joven y entusiasta jerezano, doctor en medicina y cirugía, Francisco Revueltas y Montel, gran admirador del genial alcalde Rafael Rivero, impulsor de un nuevo Jerez, al que conoce ya anciano, quiere emularlo en grandes obras y proyectos, apuesta por la necesidad, dado el incremento que iba tomando la población por ampliar el Mercado Central de Abastos, para lo que la Corporación Municipal presidida por Revueltas y Montel, que contaba treinta y ocho años de edad, acordó el 14 de abril de 1873 un préstamo de varios millones de reales, no solo para el Mercado, sino para otras obras a realizar muy necesarias. En este año quedó inaugurada la Biblioteca Municipal.
Era entonces arquitecto municipal, Jose Esteve y López, valenciano de nacimiento, 9 de junio de 1828, con título de la Academia de San Fernando y cuya labor profesional desarrolló en nuestra ciudad en infinidad de obras y proyectos que llevan la impronta de su arte y estilo del más depurado gusto.
CONSTRUCCIÓN DEL NUEVO MERCADO
Aprobado el proyecto del señor Esteve, se procedió a llevar a cabo la construcción del nuevo Mercado sobre terrenos del anterior y el área de lo que fuera Convento de San Francisco, lo que daba una superficie total de 3.228 metros cuadrados, incluidos cinco solares que se enajenaron por un importe global de 56.289,80 pesetas, único desembolso que hubo de hacer el Ayuntamiento en cuanto al terreno.
Conformado pues un rectángulo de 80,30 metros de longitud por 40, 20 de latitud, se procedió a la colocación de la primera piedra con la mayor solemnidad el 29 de junio de 1873, encerrándose en un cofre monedas de uso corrientes y números de la prensa del día, "La Opinión", "El Porvenir", y "El Guadalete", cuya fecha de fundación es de 1852, catalogado entre los más antiguos de España.
Inmediatamente comenzaron las obras bajo la dirección de Esteve, prestando gran atención su hijo, Rafael Esteve Fernádez-Caballero.
La contratación de las obras se confió al constructor Manuel Solís Martínez y los materiales a emplear fueron piedra, ladrillo, e hierro que provenía de los talleres de Joseph París de Marchiennes,(Bélgica).
Varios años tardó la edificación del Mercado Central de Abastos, al que se dotó de un sótano de tres naves, ventilado e iluminado por trece rejillas para almacenado y conservación de alimentos.
El acceso al Mercado se hacía por seis puertas, tres daban a la fachada, una al callejón de San Francisco y las dos restantes a la calle Doña Blanca.
Por la primera de éstas, se hacía la descarga de carnes, frutas y hortalizas, por la otra, llamada del "piojillo", la entrada de pescados.
Entre los gastos que supuso la instalación de los puestos, los de carnes y verduras costaron 578.978,26 reales; los de pescadería, 101.147,94; los de recova, 87.818,47, y la instalación del alumbrado de gas, 6.064,84. Por cierto que sus candeleros que ostentaban el número del puesto, servían para colgar los pesos.
SOLEMNE INAUGURACIÓN DEL MERCADO
Su inauguración oficial fue el 25 de abril de 1885, siendo este día muy desapacible, que amaneció lloviendo a cántaros. La noche anterior se ofreció al vecindario la quema de castillos de fuegos artificiales en la plaza del Arenal, donde las bandas de música del Regimiento de la Reina y la del Hospicio ofrecieron conciertos populares.
El día señalado para la inauguración oficial, ambos Cabildos, el Colegial presidido por el Abad-Arcipreste y el Municipal, por entonces alcalde Rafael Romero Castañeda, aunque llovía y se guarecieron en San Francisco de la lluvia, pasaron al Mercado cercano para su bendición e inauguración, acto que ocupó poco tiempo. Bendecida las naves por el Abad, la banda del Regimiento de la Reina Interpretó la marcha Real y el alcalde dando un ¡Viva el Rey!, descubrió la lápida conmemorativa.
Al día siguiente, y en la nave de pescadería, se celebró un gran banquete, llamando poderosamente la atención el exorno de las mesas por la profusión de candelabros de plata allí colocadas, siendo toda la cubertería de idéntico metal al igual que el menú ofrecido.
Rafael Rivero, que como buen jerezano que se interesó por la marcha de aquella edificación para el bien del pueblo, no lo pudo ver terminado, ya que falleció en 1881, y su iniciador, doctor Revueltas y Montel, falleció poco después, el 26 de mayo de 1887 a los cuarenta y ocho años de edad.
Al mes siguiente, la Corporación Municipal dio su nombre a la Corredera.
Su biblioteca, de 2.000 volúmenes, fue adquirida por el municipio en 5.000 pesetas.
Fotos de J.A.L.R,; Manuel J. Garzón
REFORMAS DE LA PLAZA ESTEVE
En los años 40,s, se levantaron sus jardincillos y arrancaron sus palmeras, quedando al descubierto toda la fealdad de las espaldas de los edificios de Lancería y Corredera. Se daba como solución ocupar la plaza con la edificación de un bloque, surgiendo la polémica de nuevo, si bien nadie negaba que aquellas edificaciones traseras no eran dignas del lugar, oponiéndose La Junta de Bellas Artes y Urbanismo, existente a la sazón por Manuel Jesús de Domecq González, notable escultor.
Siendo alcalde accidental Guillermo de Medina, fue requerida dicha Junta a presentar un proyecto viable para su adecentamiento, confiando su estudio al arquitecto municipal Fernando de la Cuadra e Irizar, el cual presento para un croquis para la ordenación de la plaza Esteve, cuyas características eran que sin descomponer su simetría, podía adosársele una fachada de estilo, sirviéndose de base unos soportales que harían ganar a las fincas cinco metros más de fondo, donde en su centro iría una zona ajardinada.
Proyecto que nunca se llevó a cabo
Se desconoce el por que no se realizó, y sí el polémico bloque, obra que terminó en 1951, en tiempos del alcalde Antonio Mateos Mancilla, donde los puestos de churros pasaron a la calle Doña Blanca, desapareciendo el urinario y el pozo de San Francisco, con su brocal de piedra y su arco de hierro, los cuales desaparecieron bajo la mole del edificio.
Mercado de Abastos en fase de demolición. Foto de "Diario de Jerez".
¿DONDE ESTARÁN EL BROCAL Y LA ARCADA?...TAPADOS DONDE?.
La manzana de la "Vega", "Los Madrileños", "Salón Jerez", estaba llamada a desaparecer por imperativos de nueva estructuración urbanística de la zona. La reforma fue emprendida siendo alcalde Álvaro Domecq y Díez. El Mercado Central de Abastos se acortó en muchos metros por su fachada, si bien al rehacerla se respetó su misma configuración.
Desapareció la nave de la recova y se le añadió al edificio una entreplanta. En el espacio que quedó libre, se alzó un nuevo edificio cuyos locales comerciales ocuparon en principio "La Vega", "Los Madrileños" y "Créditos Rucas", instalándose en las plantas superiores las oficinas de la Delegación del Instituto Nacional de Colonización, en cuya época desempeñaba la alcaldía Tomás García Figueras, concertado con Colonización un inquilino de 240.000 pesetas anuales.
¿Qué alcalde ordenó el derribo de parte de la plaza de abastos?
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